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Agua, aceite y gasolina Enrique Jardiel Poncela ; edición crítica de Enrique Gallud Jardiel

Por: Colaborador(es): Tipo de material: TextoTextoSeries Teatro ; 116 | Colección de teatro (Ediciones Irreverentes). 116 Madrid Ediciones Irreverentes 2020Descripción: 125 páginas 22 cmTipo de contenido:
  • Texto
Tipo de medio:
  • sin mediación
ISBN:
  • 978-84-17481-37-7
Tema(s): Resumen: Mario se ha citado en una gasolinera para fugarse con su amante, Leticia, una mujer casada. Pero ésta le deja plantado y le hace llegar una carta de despedida. Mario cae en una depresión cercana a la locura a la que sus allegados tratarán de poner fin, ayudados por el doctor Sarols, quien propone que una chica rústica con cierto parecido físico con Leticia se haga pasar por ésta ante los ojos de Mario, en lo que colaborará incluso el esposo de Leticia. La elegida para la suplantación es la Cosqui, aunque para interpretar el papel tendría que lavarse a dia rio, cosa que odia. Mario está tan impaciente por volver a ver a su amada después de tantos meses que no se dará cuenta de la suplantación. Para enredar más la situación, la madre de la Cosqui se presenta en la casa creyendo que tienen secuestrada a su hija, pues no ha vuelto a su antiguo hogar. La Cosqui está dispuesta a casarse con Mario como sea, pero la voluble Leticia, después de abandonarle, y al ver a otra mujer rondando a quien fuera su amante, irrumpe en escena dispuesta a fugarse con él. Esta obra es probablemente la gran olvidada de las comedias de Enrique Jardiel Poncela. Estrenada en 1946, por la compañía González-Vico-Carbonell en el teatro de la Zarzuela de Madrid, con Antonio Vico como estrella, los rígidos códigos morales de la dictadura llevaron a que la obra fuese atacada por la inmoralidad de los personajes. El estreno fue un tumulto; a los 5 minutos de alzarse el telón un sec tor del público inició un furioso pateo, neutralizado por ovaciones de otro sector. Estos he chos se repitieron varias veces a lo largo de toda la representación. Sólo Marqueríe se atrevió a alabar una obra que molestaba tanto a la moral del Régimen. (Ediciones Irreverentes)
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Tipo de ítem Biblioteca actual Ubicación en estantería Signatura topográfica Estado Fecha de vencimiento Código de barras
Fondo moderno Fondo moderno CDAEM Argumosa 9014 Disponible 0032524809074

15 personajes

Mario se ha citado en una gasolinera para fugarse con su amante, Leticia, una mujer casada. Pero ésta le deja plantado y le hace llegar una carta de despedida. Mario cae en una depresión cercana a la locura a la que sus allegados tratarán de poner fin, ayudados por el doctor Sarols, quien propone que una chica rústica con cierto parecido físico con Leticia se haga pasar por ésta ante los ojos de Mario, en lo que colaborará incluso el esposo de Leticia. La elegida para la suplantación es la Cosqui, aunque para interpretar el papel tendría que lavarse a dia rio, cosa que odia. Mario está tan impaciente por volver a ver a su amada después de tantos meses que no se dará cuenta de la suplantación. Para enredar más la situación, la madre de la Cosqui se presenta en la casa creyendo que tienen secuestrada a su hija, pues no ha vuelto a su antiguo hogar. La Cosqui está dispuesta
a casarse con Mario como sea, pero la voluble Leticia, después de abandonarle, y al ver a otra mujer rondando a quien fuera su amante, irrumpe en escena dispuesta a fugarse con él. Esta obra es probablemente la gran olvidada de las comedias de Enrique Jardiel Poncela. Estrenada en 1946, por la compañía González-Vico-Carbonell en el teatro de la Zarzuela de Madrid, con Antonio Vico como estrella, los rígidos códigos morales de la dictadura llevaron a que la obra fuese atacada por la inmoralidad de los personajes. El estreno fue un tumulto; a los 5 minutos de alzarse el telón un sec tor del público inició un furioso pateo, neutralizado por ovaciones de otro sector. Estos he chos se repitieron varias veces a lo largo de toda la representación. Sólo Marqueríe se atrevió a alabar una obra que molestaba tanto a la moral del Régimen. (Ediciones Irreverentes)

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