La indumentaria tradicional en la comarca vallisoletana de la Churrería. Campaspero. Iván Muñoz Blanco; Alfredo Blanco del Val

Por: Colaborador(es): Tipo de material: ArtículoArtículoDetalles de publicación: Urueña (Valladolid): Fundación Joaquín Díaz, 2019Descripción: 32 páginas : fotografíasTipo de contenido:
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  • ordenador
Tema(s): En: Revista de folkloreResumen: Este artículo trata sobre los grupos de danzas de la ciudad y provincia de Valladolid. Con el paso del tiempo se degradaban los tejidos, en la mayoría de los casos no se respetaban ni los tejidos, ni las formas de las prendas que los integrantes de los grupos lucían haciendo gala de la ciudad de la que procedían. Valladolid, nuestro Valladolid, sí. Fueron muchas las veces en las que me pregunté ¿no tenemos ningún modo de vestir propio de Valladolid que nos represente? ¿Cómo vestían las personas que habitaban nuestros pueblos? Y tampoco fueron pocas las veces que me preguntaron ¿Esa ropa que llevas puesta es de Valladolid? El afán por responder a alguna de esas preguntas, y la vaga imagen de un chaleco masculino que en algún momento vi reproducido, pero con escaso parecido al real, fueron los que me llevaron a acercarme a la figura de Don Oroncio Javier García Campo, sastre por tradición familiar, vecino de Campaspero fue el que hizo afianzar al autor en que algunos de los pueblos tenían formas de vestir propias, que en la mayor parte de los casos son desconocidas por quienes hoy lucen a gala aquello que llaman «traje de jotas»; «los grupos de bailes regionales, podían haber hecho una labor extraordinaria en este campo del traje regional, por desgracia ha ocurrido todo lo contrario. Algunos, muy pocos, llevan trajes auténticos y verdaderamente extraordinarios. Otros, también muy escasos, los llevan pobres y vulgares, pero al menos también son auténticos. Pero lo más grave es que la gran mayoría de grupos no se ha molestado en buscar o investigar nada sobre ellos y se los han inventado, presentando como traje castellano tradicional algo que nada tiene que ver con ello. Con lo que no sólo han perjudicado la autenticidad del traje, sino también al mismo baile que pierde con ello gran parte de su pureza». Por influencia de Don Javier llegué al Museo de la Piedra de Campaspero, que guarda alguno de los últimos testimonios de piezas de aquel vestir, que en nuestros días prácticamente ha quedado en el olvido o en el mejor de los casos en baúles cerrados bajo llave. Se incluyen con permiso de su familia textos y artículos publicados en 2003 que sirven de recapitulación y de punto de partida para el estudio de la indumentaria tradicional del pueblo de Campaspero, de la comarca de la Churrería.
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Bibliografía digital: página 56

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Este artículo trata sobre los grupos de danzas de la ciudad y provincia de Valladolid. Con el paso del tiempo se degradaban los tejidos, en la mayoría de los casos no se respetaban ni los tejidos, ni las formas de las prendas que los integrantes de los grupos lucían haciendo gala de la ciudad de la que procedían. Valladolid, nuestro Valladolid, sí. Fueron muchas las veces en las que me pregunté ¿no tenemos ningún modo de vestir propio de Valladolid que nos represente? ¿Cómo vestían las personas que habitaban nuestros pueblos? Y tampoco fueron pocas las veces que me preguntaron ¿Esa ropa que llevas puesta es de Valladolid? El afán por responder a alguna de esas preguntas, y la vaga imagen de un chaleco masculino que en algún momento vi reproducido, pero con escaso parecido al real, fueron los que me llevaron a acercarme a la figura de Don Oroncio Javier García Campo, sastre por tradición familiar, vecino de Campaspero fue el que hizo afianzar al autor en que algunos de los pueblos tenían formas de vestir propias, que en la mayor parte de los casos son desconocidas por quienes hoy lucen a gala aquello que llaman «traje de jotas»; «los grupos de bailes regionales, podían haber hecho una labor extraordinaria en este campo del traje regional, por desgracia ha ocurrido todo lo contrario. Algunos, muy pocos, llevan trajes auténticos y verdaderamente extraordinarios. Otros, también muy escasos, los llevan pobres y vulgares, pero al menos también son auténticos. Pero lo más grave es que la gran mayoría de grupos no se ha molestado en buscar o investigar nada sobre ellos y se los han inventado, presentando como traje castellano tradicional algo que nada tiene que ver con ello. Con lo que no sólo han perjudicado la autenticidad del traje, sino también al mismo baile que pierde con ello gran parte de su pureza». Por influencia de Don Javier llegué al Museo de la Piedra de Campaspero, que guarda alguno de los últimos testimonios de piezas de aquel vestir, que en nuestros días prácticamente ha quedado en el olvido o en el mejor de los casos en baúles cerrados bajo llave. Se incluyen con permiso de su familia textos y artículos publicados en 2003 que sirven de recapitulación y de punto de partida para el estudio de la indumentaria tradicional del pueblo de Campaspero, de la comarca de la Churrería.

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