Los maravilladores Marcela Sabio

Por: Sabio, MarcelaTipo de material: TextoTextoSeries Colección de la Abadía ; 5Detalles de publicación: Rosario (Argentina) : Ciudad Gótica, 2005Descripción: 128 p. il. 19 cmISBN: 987-9389-81-6Tema(s): Literatura dramática latina -- Argentina -- S.XX-XXI | Teatro infantil y juvenil -- Literatura dramática
Contenidos:
Contiene: (Teatro): Poema de amor a lunares ó De la vez que el primer y último circo acuatico de Paraná vió llegar una Sirena al río...
Resumen: Hay una ciudad, dicen... Mejor dicho: hay un lugar en una ciudad... No. Mejor que mejor dicho: Hay una calle, en un lugar de una ciudad pequeñita, en donde el sol pasa por entre las ramas de los álamos plateados. Y esa calle tiene entonces, cientos de soles de día y miles de lunas en la noche. También, es importante que sepan que a esa calle -de sólo cien metros de largo, que limita al este con un río y al oeste con una estación de trenes-, llegan una vez al año, desde todos los rincones de la Tierra y sus alrededores, los Maravilladores: los magos de la palabra que levantan una piedra y descubren un cuento, toman una sopa con fideos de letras y escriben un cuento, sirven un café con aroma a cuento o un cuento con aroma a café... viven temblando, riendo, curando, deslumbrados y enamorados, de cuento en cuento. ¿Para qué? Para esperar la llegada de los Hupaj enfermos. ¿Por qué? Porque los Maravilladores están seguros de haber hallado el remedio para su mal. ¿Y quiénes son los Hupaj? Bien... comenzaré por el principio.
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Argumosa - Niños y Jóvenes I-T 161 Disponible 13600

Contiene: (Teatro): Poema de amor a lunares ó De la vez que el primer y último circo acuatico de Paraná vió llegar una Sirena al río...

Hay una ciudad, dicen... Mejor dicho: hay un lugar en una ciudad... No. Mejor que mejor dicho: Hay una calle, en un lugar de una ciudad pequeñita, en donde el sol pasa por entre las ramas de los álamos plateados. Y esa calle tiene entonces, cientos de soles de día y miles de lunas en la noche. También, es importante que sepan que a esa calle -de sólo cien metros de largo, que limita al este con un río y al oeste con una estación de trenes-, llegan una vez al año, desde todos los rincones de la Tierra y sus alrededores, los Maravilladores: los magos de la palabra que levantan una piedra y descubren un cuento, toman una sopa con fideos de letras y escriben un cuento, sirven un café con aroma a cuento o un cuento con aroma a café... viven temblando, riendo, curando, deslumbrados y enamorados, de cuento en cuento. ¿Para qué? Para esperar la llegada de los Hupaj enfermos. ¿Por qué? Porque los Maravilladores están seguros de haber hallado el remedio para su mal. ¿Y quiénes son los Hupaj? Bien... comenzaré por el principio.

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