El divino cazador [Calderón de la Barca] ; edición crítica de Ignacio Arellano y Carmen Pinillos

Por: Calderón de la Barca, Pedro, 1600-1681Colaborador(es): Arellano, Ignacio, 1956- | Pinillos, M. CarmenTipo de material: TextoTextoSeries Auos sacramentales completos de Calderón ; 89 | Teatro del Siglo de Oro. Ediciones críticas ; 198Pamplona Universidad de Navarra 2014Descripción: 111, [46] p. 24cmTipo de contenido: Texto, imagen fija Tipo de medio: sin mediación ISBN: 978-3-944244-30-3Tema(s): Autos sacramentales | Teatro (Género literario)Resumen: El divino cazador fue uno de los autos representados en 1642 por la compañía de Antonio de Prado. El tema de la caza sirve de base principal para la alegoría. Antagonista del Príncipe cazador es una fiera (la Culpa) que instiga a los cuatro elementos a la rebelión contra el virrey. El divino cazador se conserva en un manuscrito autógrafo al que le falta el final. La enmienda más importante es la del título, que era originalmente La fiera de los montes. Parece claro que Calderón prefirió subrayar el protagonismo del héroe salvador, Cristo —divino cazador— frente a la fiera —la Culpa en el auto—, que a pesar de su gran protagonismo dramático, se sitúa en una jerarquía subordinada al Hijo de Dios cuya presencia sacramental celebra el género. Los editores ofrecen una glosa al auto y discuten también el análisis de Margaret Rich Greer, quien en sus trabajos sobre la alegoría de la caza aboga por una lectura más política del auto.
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Sede de Argumosa 8302 Disponible 0032524807230

Incluye reproducción fotográfica del manuscrito original de Pedro Calderón de la Barca ([46]p.)

Bibliografía: p. [33] - 37. Índice

El divino cazador fue uno de los autos representados en 1642 por la compañía de Antonio de Prado. El tema de la caza sirve de base principal para la alegoría. Antagonista del Príncipe cazador es una fiera (la Culpa) que instiga a los cuatro elementos a la rebelión contra el virrey.
El divino cazador se conserva en un manuscrito autógrafo al que le falta el final. La enmienda más importante es la del título, que era originalmente La fiera de los montes. Parece claro que Calderón prefirió subrayar el protagonismo del héroe salvador, Cristo —divino cazador— frente a la fiera —la Culpa en el auto—, que a pesar de su gran protagonismo dramático, se sitúa en una jerarquía subordinada al Hijo de Dios cuya presencia sacramental celebra el género.
Los editores ofrecen una glosa al auto y discuten también el análisis de Margaret Rich Greer, quien en sus trabajos sobre la alegoría de la caza aboga por una lectura más política del auto.

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