El orden reina en la cultura : Gestores ante la música / Santiago Martín Bermúdez Monográfico : Programadores y autoría.

Por: Martín Bermúdez, Santiago, 1947-Tipo de material: ArtículoArtículoDetalles de publicación: Madrid : Asociación de Autores de Teatro, 2010Descripción: pp. 16.-21Tema(s): Craig, Edward Gordon 1872-1966 | Carsen, Robert | Gas, Mario 1947- | Gestión cultural -- S.XX-XXI -- España | Ópera -- S.XX-XXI | Dirección escénica -- S.XX-XXI | España -- Estado de las autonomías -- Aspectos culturalesRecursos en línea: Ir al artículo (Texto completo) | Descargar | Dialnet En: Las Puertas del DramaAlcance y contenido: "Hay un fenómeno curioso alrededor de las producciones culturales en los últimos tiempos. Podríamos denominarlo Cultura para los no interesados en la cultura. Título largo y equívoco. Tendré que explicarlo. Los gestores de la cultura tienden, cada vez más, a que sus producciones, eventos, representaciones se reflejen mejor en los medios (a ser posible en la prensa escrita) que en la continuidad de un público que consume arte, teatro, música, cultura. Consiste en que los medios de comunicación informan sobre tal estreno teatral u operístico, de tal exposición, de tal concierto de campanillas, de alguna mesa redonda o conferencia o lección magistral... para los que nunca asistirán a ese evento. El lector del periódico (más que el televidente, el pobre) no irá al teatro equis a ver tal obra de Shakespeare o de Juan Mayorga, pero se sentirá tranquilo, sosegado, cuando le informe el periodismo de la cultura, siempre con su buena conciencia, de que el orden reina en los teatros públicos, en las galerías de arte y en la Thyssen, en las cátedras y los ateneos. Y para ello le pondrán ejemplos varios: piezas teatrales de clásicos y contemporáneos, puestas en escena impresionantes de firmas a menudo importadas, batutas e instrumentistas de alta cotización, showmen del escenario, sabios con su tema... Es como cuando tal banco o caja de ahorros, compañía de seguros o corporación programa un concierto de campanillas en tal ciudad, sin anunciarlo, a escondidas. No se entera nadie, ni siquiera la asociación filarmónica de la plaza. No importa que esté vacío el auditorio: lo que importa es que en el informe anual de resultados quede constancia de que «tales artistas actuaron en nuestra ciudad tal día»..."
Lista(s) en las que aparece este ítem: Las Puertas del Drama
Star ratings
    Valoración media: 0.0 (0 votos)
Existencias
Tipo de ítem Biblioteca actual Colección Ubicación en estantería Signatura Info Vol URL Estado Notas Fecha de vencimiento Código de barras
Publicación periódica Publicación periódica CDAEM
REV407 Argumosa 407 Núm. 37 (2010) Enlace al recurso No para préstamo Programadores y autoría REV407 37

"Hay un fenómeno curioso alrededor de las producciones culturales en los últimos tiempos. Podríamos denominarlo Cultura para los no interesados en la cultura. Título largo y equívoco. Tendré que explicarlo. Los gestores de la cultura tienden, cada vez más, a que sus producciones, eventos, representaciones se reflejen mejor en los medios (a ser posible en la prensa escrita) que en la continuidad de un público que consume arte, teatro, música, cultura. Consiste en que los medios de comunicación informan sobre tal estreno teatral u operístico, de tal exposición, de tal concierto de campanillas, de alguna mesa redonda o conferencia o lección magistral... para los que nunca asistirán a ese evento. El lector del periódico (más que el televidente, el pobre) no irá al teatro equis a ver tal obra de Shakespeare o de Juan Mayorga, pero se sentirá tranquilo, sosegado, cuando le informe el periodismo de la cultura, siempre con su buena conciencia, de que el orden reina en los teatros públicos, en las galerías de arte y en la Thyssen, en las cátedras y los ateneos. Y para ello le pondrán ejemplos varios: piezas teatrales de clásicos y contemporáneos, puestas en escena impresionantes de firmas a menudo importadas, batutas e instrumentistas de alta cotización, showmen del escenario, sabios con su tema... Es como cuando tal banco o caja de ahorros, compañía de seguros o corporación programa un concierto de campanillas en tal ciudad, sin anunciarlo, a escondidas. No se entera nadie, ni siquiera la asociación filarmónica de la plaza. No importa que esté vacío el auditorio: lo que importa es que en el informe anual de resultados quede constancia de que «tales artistas actuaron en nuestra ciudad tal día»..."

No hay comentarios en este titulo.

para colocar un comentario.

Con tecnología Koha